EL SECRETO DE DEPECHE MODE


Como fan de muchos grupos, siempre me he sentido decepcionado al entrar en contacto con otros fans. No tenemos nada en común, a pesar de que creo que la actitud de esos grupos está clara.

Hay un caso macabramente exagerado: siempre me ha intrigado por qué los fans de Depeche Mode, en general, son tan estúpidos.

Hablo en general, siempre hay excepciones. Las individualidades son la esperanza. Que se lo digan a los superhéroes Marvel.

No me he tomado a la ligera esta observación como fan, y para demostrar mi genuina preocupación y compromiso con la causa, a lo largo de más de 27 años he elaborado un estudio sociológico del que en este preciso artículo presento mis conclusiones.

 

Depeche Mode tomaron su nombre de una revista de moda francesa. Al iniciar conversaciones con fans de este grupo, todos conocen este dato, es más, sus conocimientos son prácticamente enciclopédicos, conocen los detalles más nimios, personales y musicales, de sus componentes. En sus conciertos aparecen pintadas tipo “Martin is the sweetest perfection”, tienes que estar dentro de la secta para enterarte de algo.

Descoloca que en España, el rollo gótico no tuvo casi ninguna repercusión (Parálisis Permanente, Décima Víctima, y casi para de contar), sin embargo los fans de Depeche Mode, además de no conocer a estos grupos, empezaron con este rollo a partir de su disco más exitoso, Violator (1990). Por tanto deduzco que esto no tiene ningún bagaje cultural, el fabuloso mundo Depeche se reduce a ellos mismos, y como mucho me atrevo con The Cure. Es decir, no es una secta, es decepcionantemente superficial. A pesar de los conocimientos enciclopédicos.

La conclusión es descorazonadora, una vez más. En su mayoría no son góticos, son pijos. Yo los denominaría “Góticos o sea te lo juro yo mueeero por esto”.

Es otro ejemplo de que da igual la rareza, la pureza, o la complejidad de las flores que les des a los cerdos.

De la misma forma que la crítica siempre les despreció por hacer música con sintetizadores. Decían que eran Electrofunk de Fisher-Price y unas caras de niños bonitos sin nada que contar. Que para meterse en el mercado americano se vendieron poniendo una guitarra blues en “Personal Jesus”. Todas esas personas parecían obviar, para empezar, que la coda final del mismo “Personal Jesus” es un hito en la música electrónica, con esas luces rebotando en las paredes oscuras (me refiero a la música). También parecían obviar que pocos grupos tienen la personalidad de hacer un estribillo que diga “déjame verte completamente desnuda” (la canción “Stripped”).

De la misma forma, los fans ignoran que se han subido al carro de algo que desconocen aunque se sepan de carretilla la lección. Y que en 1990 les salvaba la absoluta inocencia con que profesaban su fe. Pero con unos tacos más encima ya no queda la inocencia, solo su propia religión elitista bajo el disfraz de Depeche Mode.

De todas formas, llevan con el piloto automático desde “Songs of Faith and Devotion” (1993), y eso enfría bastante los ánimos.

Pero antes, antes, sí que había motivos para hacer una secta alrededor de ellos. Los clips de Anton Corbjin eran artísticos. Eran algo más.

El bueno de Anton aprendió inglés para traducir las letras de Joy Division, e incluso hizo la película “Control” basada en su vida y milagros.

Con los vídeos para Depeche Mode definió imagen y actitud para nada adolescente. Uno entre muchos: el clip de “In your room” muestra el símbolo de algo que va mal, realmente mal (la bombilla desnuda) eclipsando cualquier otra imagen con su omnipresencia.

De esto puedes hablar con los fans de Depeche Mode, ya sean de los que molan, o de los gilipollas. Y eso es mucho mejor que hablar de fútbol o de política.

SONIK DRAWER 2017

 

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